Un sueño musical al que casi borran sus acordes

11.05.2023

Joel Mena es un joven cantautor peruano que busca su lugar en el mundo eurítmico. Aquí más sobre él, su música y su vida.

Siempre se ha escuchado la frase "El cielo es el límite", y ¡vaya verdad que hay en esas cinco palabras!, porque aplica para todo, pero cae mejor cuando se habla de los sueños. Esto lo entendió muy bien Joel Mena, más conocido por sus amigos como Joelito, un joven de 20 años, católico, nacido en el distrito del Callao y con un claro objetivo de vida: ser cantante profesional.

"La música es el amor único que puede cambiar un corazón frío a un corazón noble, y para mí el sinónimo de la música es vida", exclamó Joel. La gente le pone muchos significados a las composiciones, debido a que cada canción es distinta, así como cada persona y el contexto en el que se escucha la melodía, es decir que cada connotación, es única.

El talento del canto lo llevó por distintos escenarios, desde tocar y cantar en el 'Británico Fest', hasta participar en un concurso de canto en la TV. El género en el que se desenvuelve es el pop romántico y tiene canciones propias, las cuales están en YouTube. Una de ellas se llama 'Luz en lo oscuro', que se la dedicó a Dios, y trata de que todos podemos ser luz en la oscuridad, con la ayuda del Todopoderoso.

Todo lo que de a poco iba logrando, era admirado por sus amistades, en especial por los niños y jóvenes que pertenecían a su iglesia, no solo por su talento, sino también por ser una buena persona. Joel estaba comenzando a dejar una huella en su barrio, en su iglesia y por qué no en su distrito. "Puedo sonar soberbio, pero no es así, muchas veces los niños de la iglesia me han dicho que quisieran ser músico como yo, quieren tocar la guitarra como yo, y eso me hace sentir demasiado bien, y me pone en una responsabilidad tremenda con ellos", aclaró Mena.

El huracán de un sueño

El arte de cantar lo descubrió a los 6 años, cuando participaba en el coro de la iglesia Basílica Virgen Carmen de la Legua. Sin embargo, en el año 2016, siendo catequista de su iglesia, cursando el último año de secundaria, sintió con total seguridad que quería estudiar y dedicarse a la música, pero una nube negra lo alcanzó, y es que no contaba con la economía suficiente para poner en marcha sus estudios.

"En el segundo ciclo de Audiovisuales me encontraba muy deprimido, ya que no estaba en lo que yo amaba, mi pasión era estudiar música, y no lo estaba haciendo. Quería dejar la carrera, pero no sabía cómo decirle a mis padres, y en un momento que tuve un espacio a solas con Dios, le pedí claridad para saber qué hacer con mi vida, y un día estaba en el micro yendo al instituto, subieron dos chicos a cantar, y dijeron que la música era su felicidad y estaban cantando para pagar sus estudios, tomé esas declaraciones como una respuesta directa de Dios", contó Joel Mena.

A Mena le alcanzaba para estudiar Comunicación Audiovisual en el instituto Toulouse Lautrec, una carrera que no lo hacía feliz. Luego de ese momento, donde la voz celestial, emitida mediante dos chicos que subieron al bus en el que estaba Joelito, lo animó a dejar la carrera, a buscar trabajo y a decirle a sus padres. Su madre, al escucharlo, sostuvo: "Mientras tú seas feliz, yo seré feliz, pero no podré ayudarte a pagar las clases de música, porque no cuento con mucho dinero".

Si bien su madre le había dicho que no iba a poder pagar esa carrera, Joel Mena mencionó: "Algunas personas cercanas a mí, me decían que no estudie música porque no tenía plata, y era mejor que estudie otra cosa que genere más dinero, pero yo ya estaba decidido a seguir mis sueños, me puse firme a pesar de todo". La odisea recién empezaría para Joelito, debido a que no tenía trabajo, había dejado la carrera y no sabía cómo iba a pagar sus estudios de música, y es ahí donde ya no solo la nube se le ponía gris, sino que el cielo completo se estaba oscureciendo para él.


Los ángeles llamados amigos

La frustración ya se apoderaba de Mena, porque no podía pagar su carrera, y pensaba que era necesario tener un título universitario para sentirse realizado. En ese momento de turbulencia emocional, su amiga Cinthia Morales, una de las personas que ayudó a Mena en sus momentos difíciles, le explicó que su felicidad no dependía de que se graduara como músico, sino que era hacer música todos los días, y, si salía a la calle, veía a un pajarito volando y eso le gustaba, pues esa era su felicidad.

Luego de ser parte del despeje del nublado cielo que atormentaba a Joelito, Cinthia dice que él es un chico bondadoso que disfruta mucho amar a los demás. "Es soñador, se preocupa por los demás y ama mucho a Dios. En lo musical, es un capo, tiene esa facilidad para componer canciones y es muy versátil con los instrumentos. Es un chico admirable", nos comenta.

Así como Cinthia, muchos amigos lo ayudaron en sus momentos de depresión y angustia. El apoyo que recibía reflejaba una cosa: era querido por ser una gran persona. Gran persona que Anthony Santillán, amigo de Mena, disfrutaba mucho: "Es honesto, valiente en expresarse, tiene mucho sentido común y es autocrítico. Admiro mucho su sensibilidad para entender la música, ya que siempre busca brindar una experiencia con cada canción que compone".

La vida siempre te sorprende cuando menos te lo esperas, y Mena fue asombrado un septiembre del año 2019, después de la misa habitual de los domingos. La coordinadora de la comunidad de su iglesia se le acercó y le dijo que unos padres de familia habían quedado a gusto con su talento y decidieron pagarle las clases de música.

En ese momento, Joelito era felicidad pura y es así como entró a la Universidad Nacional de Música a estudiar canto, iniciando profesionalmente su sueño anhelado hasta la actualidad. Próximamente, lanzará una nueva canción en sus plataformas. Claramente ese es el Mena que queremos ver: junto a sus familiares y amigos que lo apoyaron desde siempre.



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